Características de la identidad digital
- Es social: se construye navegando por las redes sociales a partir del reconocimiento de los demás, sin ni siquiera comprobar si esa identidad es real o no.
- Es subjetiva: depende de cómo el resto de usuarios perciban a esa persona a través de las informaciones que ella misma ha generado.
- Es valiosa: en numerosas ocasiones se investiga la información disponible de un/a candidato/a en redes sociales por parte de las empresas para tomar decisiones, por ejemplo.
- Es indirecta: puesto que no permite conocer a la persona directamente, sino únicamente las referencias publicadas sobre ella en el ámbito online.
- Es compuesta: ya que se construye a través de las aportaciones de la misma persona, pero también de las de otras personas sin necesidad de contar con su consentimiento.
- Es real: nuestra información digital puede producir efectos positivos y negativos en el mundo real.
- Es contextual: es importante valorar la necesidad o no de mantener identidades separadas en función del contexto, ya que la divulgación de información en un contexto erróneo puede tener un impacto negativo en nuestra identidad digital.
- Es dinámica: siempre está en constante cambio o modificación.
¿Cómo proteger nuestra identidad digital?
El robo de identidades digitales es uno de los ciberdelitos más frecuentes. El robo de la identidad digital permite a los delincuentes acceder a las cuentas bancarias y realizar compras o transferencias de dinero.
Para evitar éste tipo de delitos se recomienda lo siguiente:
- No utilizar redes WIFI desprotegidas o públicas: Las redes WIFI gratuitas, que ofrecen en bares, restaurantes o cafeterías, o las redes WIFI públicas no suelen tener cifrado WPA o WEP, con lo cual no son seguras.
- No utilizar páginas web desprotegidas: Sólo navegar por páginas web que utilicen el protocolo https (Protocolo Seguro de Transferencia de Hipertexto). Esto significa que la información que circula a través de estas páginas web está encriptada, con lo cual nadie la pueden interceptar.
- Utilizar contraseñas seguras y cámbialas regularmente: Las contraseñas seguras deben tener como mínimo 16 caracteres, combinar mayúsculas, minúsculas y caracteres alfanuméricos. Y no se debe utilizar la misma contraseña para dos servicios distintos.
- Actualizar software regularmente: Es importante no demorar el proceso de actualización de software. Cada actualización supone una versión del software mejorada, incluyendo un refuerzo en la seguridad.
- Repasa los permisos y las políticas de privacidad: Todas las redes sociales tienen su política de privacidad, y actualmente todas permiten que se controle lo que se publica.
- Monitorizar tu nombre regularmente: Es recomendable monitorizar tu nombre en Google cada cierto tiempo, para comprobar todo lo que aparece sobre ti en la red.